Los tiempos que vivimos están a la víspera de un cambio mayor en la manera que generamos productos y servicios. La llamada 4° Revolución Industrial, que viene a integrar la tecnología informática y la automatización robótica para dejar de necesitar la mano de obra humana.
Cada gran paso en la historia de la civilización humana ha sido vista con recelo, miedo y reacciones violentas por las implicaciones de ser desplazados. En la Primer Revolución Industrial, las máquinas de vapor multiplicaron los esfuerzos de las fábricas y crearon condiciones de trabajo un poco más humanas, para también jubilar a los animales de carga; en la Segunda Revolución Industrial, la electricidad pudo ofrecer a la industria la posibilidad de llevar su producción a niveles masivos, cambiando la balanza de poder y los mercados. Más cercano a nuestros tiempos, el advenimiento de las tecnologías de la información nos permitió dar instrucciones a las máquinas y comenzar la automatización de la producción.
La 4° Revolución Industrial aprovecha los avances de la revolución precedente, creciendo de manera exponencial para fusionar tecnologías y recrear situaciones y tareas que antes eran exclusivas del personal humano, afectando a todas las actividades productivas del mundo. La inteligencia artificial que permite a las máquinas aprender, mejorar en su trabajo y tomar decisiones, como también ser asistentes a través de aplicaciones y dispositivos, ofrecer conversaciones para aprendizaje de idiomas y traducción en tiempo real. Podemos ver que su alcance no tiene un límite real, abarcando lo físico y mental y evolucionando para ser cada vez más inteligente, haciendo menos perceptible la división entre el humano y la máquina.
Así como las etapas precedentes, ¿debemos tener miedo ahora, ya que no se necesitará la mano de obra? Todas las revoluciones nos han traído un cambio en manera de pensar y hacer las cosas. Ahora damos por hecho la telefonía móvil y el poder hacer tantas operaciones con ese mismo aparato, como jugar, hacer movimientos bancarios, ver películas, que sería imposible sin las previas evoluciones; debemos ir hacia adelante con vista positiva, pues la automatización traerá precios más bajos y mayor conveniencia en la calidad de vida. Desde una perspectiva humanista, la automatización hará que desaparezcan las condiciones laborales infrahumanas y las nuevas condiciones del mercado verán surgir nuevas responsabilidades y puestos de trabajo de condiciones más seguras. Efectivamente, están los riesgos de tensión social por el desplazamiento de personal poco calificado que encontrará menos fuentes de trabajo; estará en ellos regresar a los libros y buscar adaptarse al cambio.
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