Efectos de la contaminación acústica en lugares de trabajo

Realizar jornadas completas inmersos en ambientes con altos niveles de emisiones sonoras tienen múltiples efectos adversos, que van desde la salud hasta el óptimo desempeño de actividades. Los centros de trabajo deben poner especial atención para conocer las condiciones de cada área, cercanía a maquinarias y proveer de la protección necesaria para los trabajadores.

Los trastornos auditivos que pueden presentarse son:

Trauma acústico. Producido a causa de ruidos breves, arriba de los 140dB. La pérdida auditiva puede ser permanente, o afectar de forma temporal el umbral auditivo.

Elevación del umbral auditivo. El individuo en lo sucesivo necesitará que los sonidos sean más intensos para poder escuchar (alzar la voz, mayor volumen en aparatos). Puede ser causado por trauma acústico o por exposición prolongada a emisiones arriba de los 80dB.

Los trastornos no auditivos son:

Efectos psicológicos

• Pueden manifestarse estados de mal humor, insomnio, estrés, falta de concentración, agresividad, baja de rendimiento laboral y depresión entre otros.

Efectos físicos

• Ruido constante arriba de los 45 dB: aumenta riesgo de enfermedades infecciosas por cansancio físico.
• Ruido constante  arriba de los 55 dB: cambios en los sistemas inmunitario y hormonal, aumento de glucosa y ritmo cardiaco.
• Arriba de 60 dB: aumento de respiración y pulso, presión arterial, secreción de adrenalina, alteración de movimientos digestivos, fatiga, dolor de cabeza, menor irrigación sanguínea.
• Arriba de 85 dB: disminución de secreciones gástricas, gastritis, colitis, aumento de colesterol y triglicéridos, riesgos cardiovasculares, aumento en glucosa y alteraciones menstruales.

Según los estatutos de Protección Civil, presenta tablas con los distintos rangos auditivos y las medidas de seguridad que deben adoptarse para que los trabajadores no sean afectados. Similarmente en entornos de oficina, es recomendable tomar medidas para conocer los niveles de ruido a los que se expone el personal, para valorar alternativas (ejs: aislamientos, trampas de audio, mamparas, protección personal). El sonido usual de oficinas abiertas concurridas puede llegar a los 60-65 dB por la suma de conversaciones y equipo en funcionamiento; el resultado de estos ambientes es la dificultad para concentrarse, ya sea para ignorar o por inadvertidamente tratar de procesar alguna emisión, sea música o charla.

El escondido efecto en la productividad y los efectos en la salud - que además de afectar al personal calificado puede significar un aumento en nuestra prima de riesgo laboral -  hacen que sea imposible dejar desatendida la problemática de la contaminación sonora.

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