En la práctica podemos encontrar que siempre habrá espacio para mejora en lo referente a mantenimiento, ya que existe la tendencia a que el departamento responsable se convierta exclusivamente en un equipo de contingencias, atendiendo a fallas y correcciones en la marcha, que vienen a raíz de no ejercer un programa de revisión y prevención. Debe haber un esfuerzo consciente para retomar riendas y seguir con una disciplina de trabajo, que nos llevará a menos percances como resultado.
Una de las principales recomendaciones es tener comunicación fluida entre mantenimiento y los responsables de producción, para identificar tiempos muertos, picos de producción, áreas clave y lanzamiento de nuevas líneas de producción. Esta información será valiosa para ambas partes, pues conocerán igualmente sobre los tiempos críticos para que las tareas de mantenimiento se realicen, las estimaciones de retorno de herramientas que han sido enviadas a maquinado y calibración y si alguna de estas tareas puede afectar la producción, si amerita hacer un cambio a la mezcla del plan maestro de producción para generar otros productos mientras llega un dado o molde que esté en reparación.
Por excelencia, la calendarización del mantenimiento toma provecho de los tiempos de inactividad en la operación; cambios de turno, horarios de comida, y en configuraciones más dinámicas (donde hay mayor comunicación y conocimiento del plan de producción) aprovechando los espacios mientras se hace un cambio de producto en las líneas.
Además de la información interna de producción y los tiempos muertos, la calendarización es dependiente de la información detallada de toda maquinaria y herramienta que se utiliza. Las recomendaciones de proveedores y las especificaciones respecto a durabilidad, manejo y ciclos sugeridos para mantenimiento deben tomarse en cuenta tanto por respetar cláusulas de garantía como para definir eventos de revisión y mantenimiento que se pueden hacer internamente y aquellos que tienen que hacerse por técnicos autorizados.
Dependiendo la complejidad, las actividades preventivas a programar deben acomodarse según el tiempo que impliquen y notificar a producción cuando haya casos que implique pausar producción. En el calendario pueden asignarse actividades diarias, semanales y mensuales para procesos sencillos y tener en el horizonte de planeación las reparaciones mayores para valorar si pueden procesarse otras actividades o considerar dar permisos de ausencia o vacaciones al personal.
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